lunes, 9 de noviembre de 2020

Bicicletas y patinetes eléctricos, la nueva alternativa de movilidad urbana.



   La pandemia ha cambiado y modificado la forma en la que solíamos realizar nuestros desplazamientos diarios. 

   Según las entidades Madrid, se ha incrementado el uso del vehículo privado (44%) y de medios de desplazamiento blandos como la bicicleta, el patinete y VMP (31%), mientras que el uso del transporte público ha disminuido drásticamente (25%). 

   Con el fin de minimizar los riesgos de contagio de la COVID-19 además de fomentar la movilidad urbana sostenible, el uso de las bicicletas y patinetes eléctricos son una excelente alternativa a los desplazamientos en vehículo privado.

   Hasta el momento, la comunidad Valenciana y Madrileña son pioneras en ofrecer ayudas a la compra de este tipo de vehículos. Otras comunidades autónomas siguen sus pasos para ofrecer subvenciones a particulares en su compra de bicicletas y patinetes eléctricos.

   También se pueden solicitar las ayudas del Plan MOVES II destinadas a la compra exclusiva de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, desde motos eléctricas hasta camiones para favorecer la movilidad sostenible. 



Futuro Sostenible



martes, 6 de abril de 2010

Las ideologías tras la crisis

Estamos en un momento en que las circunstancias nos piden una definición del rumbo a tomar. Por un lado tenemos el modelo capitalista, basado en la inflación de todos los valores, del que se reclama una reforma y, cuando menos, una radical transparencia. Por otro está el de plasmar en realidad las gestiones sociales. Este último quiere decir el tomar una actitud verdadera, con sentido, humana, y profunda, de los valores que nos lleven a establecimiento de una civilización ‘social’.

Puede que una parte de la juventud no tenga conciencia de la crisis de finales de los ochenta, principios de los noventa. Pero en tal caso, la actual situación mundial es perfectamente clara. El sistema de globalización es un enfoque de búsqueda de rentabilidad de las grandes corporaciones, por sobre todas las cosas. No existe cultura, pueblo o gobierno que no sucumba a los intereses de los grandes núcleos corporativos. El hecho de reconocer el origen de ésta crisis, y de buscar propuestas de solución, no puede verse como un planteamiento “reaccionario”. Es decir, habría que huir de la etiqueta de “elemento subversivo” para tomarlo en un sentido natural. Se trata de buscar una salida responsable y sostenible.

Lo que en otras épocas nos señalaban los grupos de ideologías comunistas y hasta anarquistas como un futurible y estrambótico colapso del capitalismo, hoy lo hemos reconocido. Lo hemos tocado y muchos ciudadanos lo han vivido. Este sistema dual, de los organismos públicos y las instituciones privadas, está acotando cada vez más el espacio público, los derechos civiles, las libertades individuales y los recursos naturales. Por eso no es de extrañar la desconfianza creciente en la banca y el sistema político en sí. Casi lo extraño es que aún les concedan crédito.

El paso lógico se está dejando retrasar. Aún de la rápida evolución por la que ha pasado la humanidad en los dos últimos siglos, los pasos siguientes no se presentan claros. Es necesaria una concreción de esos valores que nos marquen el camino hacia una existencia realmente deseada.

Es por eso necesario definir qué modelo queremos andar. La posición individual ante asuntos como la militarización, invasión y genocidio debe no solo ser definida, sino expresada y defendida. Al igual que la posición ante la privatización de los servicios, y en manos de quién queremos dejar la gestión de los recursos. Esa ética es la que nos tiene que guiar.

Un buen comienzo es, por supuesto, tener un sistema educativo integral, donde la gestión de las emociones, la empatía y la toma de conciencia del protagonismo individual en la actuación en los conflictos de nuestro grupo social, sean las herramientas de más valoración sobre los contenidos puramente académicos.


Pau Mora

jackmcampos@gmail.com

sábado, 13 de marzo de 2010

Hay que concebir un nuevo ciudadano

Es una actitud muy común, en todas las épocas de la historia, el achacar a otros el origen de nuestros males. Es verdad que es más común ver esto desde el gobierno norteamericano que en el europeo, pero no nos quedamos atrás en rehuir de una perspectiva más cercana a la realidad. Es innegable. Pero el verdadero enemigo, el origen de nuestra crisis, el inicio de nuestros males está dentro de nuestras propias instituciones.

Esta idea tampoco es nueva. Pero sí lo viene siendo la toma de conciencia colectiva por la sociedad globalizada. Porque lo que ha traído la mentada globalización es un conocimiento de las estrategias de toda índole, que antes se gestionaban y se vendían como alianzas o traiciones. Y hoy nos damos cuenta, sobre todo por la facilidad de las comunicaciones, que casi todo viene derivado desde el desarrollo de los sistemas económicos y las consecuencias del crecimiento del estado de bienestar.

Por ese motivo se hace difícil el intentar orientar la atención hacia distintos puntos que no son el origen. Es verdad que existe una recesión global. Pero también lo es que el origen es la mala gestión, principalmente ética, de los recursos. Es verdad también que la verdadera globalización ha sido de las corporaciones. Las multinacionales han ido ganando terreno incluso en estamentos tradicionales. Pero la verdadera crisis está en los componentes de las instituciones. Los individuos. Cualquiera. Sea funcionario profesional, vocacional o circunstancial.

El individuo es el factor erróneo en la fórmula. Se siente miembro integrante de un sistema, mas no artífice ni protagonista. El ciudadano, como a finales del XIX, tiende a someterse en y al sistema como a una autoridad. Por mucha cultura no llega mas que a vivir en conformidad con lo que le dispone la sociedad, es decir, lo socialmente normal.

Este “conformismo compulsivo automático” es el sintoma contemporaneo de nuestro sistema democrático. Y es producto natural de nuestra educación. Es el punto de evolución social en el que nos hemos estancado. Es el valor individual que hemos conseguido.

El siguiente paso evolutivo es facil de ver. Es más, llevamos años topándonos y sufriéndolo. Otra educación. Para lograr otro individuo.


Pablo Mora
jackmcampos@gmail.com

viernes, 12 de marzo de 2010

SOLUCION A LA CRISIS

La solución a la crisis es muy fácil, ¿Cuál es la máxima del empresario?, máximo beneficio y mínimo gasto. El gasto máximo según ellos son los salarios de los trabajadores, y lo que les paga de seguridad social y mutuas de accidentes de trabajo. No hay problema.
Que nos metan en barracones, con nuestras familias y se hagan cargo de nuestra subsistencia, o sea comida y agua, que nos vengan a buscar en camiones como al ganado, cuando salga el sol y nos devuelvan a los barracones en el ocaso, trabajando para ellos sin parar, y si alguno cae enfermo o tiene un accidente de trabajo, no hay problema......que muera, ya cogeremos a otro, hay muchos.
Esto es el sueño de los empresarios, que lo hagan que el gobierno lo permita, entonces se hundirán, ya que los que movemos el mundo somos los obreros, y se acabó su riqueza, ya que nosotros les compramos lo que nosotros mismos producimos, haciéndoles más rico constantemente.
Son tan tontos, el egoísmo por el dinero ciega sus mentes, que han matado constantemente la gallina de los huevos de oro, creando crisis como la del 29, y que Hitler subiera al poder, pero esto les gustó ya que se reactivó la economía, a veces pienso que ellos crearon a Hitler.
Nada, que maten a los obreros, que nos metan en campos de exterminio...............ya veremos quien trabajará para ellos en el futuro, serán egoístas imbéciles, tontos, bueno yo pienso que están enfermos......no hay otra explicación, su mente está de psiquiatra, El día que nosotros digamos basta, hasta aquí han llegado, se les acabó el chollo, las riquezas, la buena vida, los lujos....ya que somos nosotros los que les hacemos ricos, yo solo tengo que perder mi vida de mierda, ellos pierden el mundo.

Antonio Zamora
zamora@gawab.com


domingo, 14 de febrero de 2010

Libertad inmerecida

Parece mentira que aún así existamos sobre la faz de la tierra. Parece mentira que aún podamos, como hago yo ahora, opinar. La libertad de expresión es un logro no ya de nuestros anteriores sino una condición de origen espontaneo en civilizaciones en vías de desarrollo. Huy, que amplio concepto. Pero esa libertad no nos la merecemos. Debería estar reservada a gentes con agallas, a personas que realmente quieran y necesiten tener voz. En los colegios y hasta las universidades deberían hacer carnets por puntos para que estudien solo personas con criterio escéptico. Por Dios que digo, no debería negarle el pan a los desdentados, pero si garantizarlo a los mordientes.

¿Cómo es posible que una sociedad como la nuestra no replique los temas tan duros de los que somos protagonistas? ¿O no es cosa nuestra las guerras creadas a base de enemigos inventados? ¿O la política de control médico, o de “científicos” que son subvencionados para apoyar determinados resultados? Y sería un sin parar. ¿Qué estamos haciendo? ¿O lo que no hacemos?

En otros países una nota como ésta en un blog es a día de hoy una condena de cárcel, persecución o muerte. Y aquí es tan solo una pequeña página de un iluso que podrían etiquetar de ingenuo reaccionario, con suerte. Unas insignificantes palabras que se ahogan en internet.

Y sigo sin explicármelo. No me cabe una actitud tan pasiva. Es como si entregáramos todo nuestro patrimonio y nuestro futuro al difícilmente descriptible desconcierto que gobierna el mundo y nuestro país. Una sin razón que se atreve a mostrarnos partes de la realidad como tenebrosa burla. Y nosotros impávidos. Si es que no nos la merecemos.

Justo hace poco criticaba a un compañero marroquí, que alardeaba de la libertad que tiene aquí, que ni conocía todos sus derechos y ni los entendía. Ojo, yo tampoco soy muy ágil en la materia. Y es que la mayoría sabemos que tenemos derechos pero no sabemos ni cuales, ni cómo reclamarlos. Pero sobre todo no sabemos hasta dónde tenemos que llegar para defenderlos. No se sabe darle el valor que tiene a la libertad de expresión, entre otros.

Lo que me lleva a otro despropósito. El cambio de valores. ¿La honradez es un valor? Para una sociedad tan contaminada no lo es. Y contaminada por contagio. Porque el mal moral se contagia como una enfermedad infecciosa, y hace que nuestra percepción de los valores se desvíe. El gran mal de nuestra sociedad es la corrupción. Todos los estamentos sociales están sumidos en la maloliente mafia. Si antaño era la de contrabando y extorción, hoy en día se ha instalado en la política, gran regidora de nuestro quehacer. Y no es un grupo de personas, ni siquiera unas familias. El valor del poder, del tener, del mal hacer está por todo. Desde la prevaricación hasta el “para que lo robe otro me lo llevo yo”, el “no seas tonto quédatelo”, “no me des, ponme donde haya”.

Nos merecemos que grupos políticos arrasen con sus intereses nuestro entorno, que se lleven toda nuestra forma de vida, casi todo nuestro salario, y nuestra dignidad. Nos lo merecemos. Y más. ¿O es para esto que necesitamos libertad? En Mallorca se hizo una convocatoria de manifestación en contra de la corrupción. Solo quinientas personas acudieron. Y no es extraño que la mayoría fueran jubilados. Los demás consideramos más importante ir ese día a trabajar.

Estamos usando a la libertad para malgastarla. Es una escusa para actuar incívicamente e inmoralmente. Por cuanto a cada paso que se dé para cohibirla nosotros miraremos para otro lado, o tan siquiera se lo diremos al vecino o compañero para calentarle la oreja. Sin otro fin. En los países desarrollados y en otros que no lo están así etiquetados, se ha hecho manifestaciones en contra de la política de vacunación obligatoria. Hasta en U.S.A. Y aquí solo el colectivo de médicos y enfermeras se opuso a la medida, con la única voz de que los dejaran en paz o decían su opinión al respecto. En todo el mundo se critica cuando algún estamento pone cortafuegos a internet, se denuncia cuando algunos países censuran hasta la red, y hay víctimas en ello, pero aquí tan solo se ha hecho una mención en contra de la nueva ley permitirá bloquear páginas de forma tan efectiva y rápida como cuando se denuncia un hecho de violencia de género o se localizan terroristas. Por lo visto, van a hacer con nosotros lo que quieran sin tan siquiera replicar.


Pablo Mora
jackmcampos@gmail.com